domingo, 23 de marzo de 2014

HER



Theodore está solo. Como todos y cada uno de nosotros. Theodore se dedica profesionalmente a escribir cartas a mano por encargo (curiosa metáfora), cartas preciosas, llenas de sentimiento porque es sensible y solo tiene que dar rienda suelta a su rico mundo interior. Acaba de pasar por una ruptura que le ha dejado deshecho, pero sin saberlo él mismo, esto le deja abierto en canal, expuesto, poroso, más sensible aun. Entonces busca a Samantha y la encuentra en un sistema operativo inteligente, una Hal, una replicante (Blade Runner) con autonomía reflexiva, y entablan una relación. Se conocen, se enamoran, se ríen, se cuentan todo, hacen el amor en la pantalla negra más sexy del cine que he visto. ¿Hay algún problema?, ¿qué ella no es real?, ¿y qué es real?

En el fondo, nos enamoramos de una proyección, la imagen del otro la autocopiamos en nuestra imagen deseada y nos unimos, incluso nos casamos. Y cuando “ella” o “él” insiste en ser su propia persona, en ser “el real”, nos sorprendemos y conmocionamos. La persona ideal ha cambiado de repente en una común, y “ella” o “él” se sienten decepcionados también. Este es el escenario. Arranco un fragmento de la película, lo narra Amy, la amiga-confidente del protagonista que también acaba de separarse:

AMY: “Después de ocho años todo se acabó por culpa de una discusión ridícula, llegué cansada de trabajar y me quité los zapatos para tumbarme en el sofá. Él insistió en que los colocara en su sitio. Yo le dije que solo quería tumbarme y no colocar los putos zapatos. Él me dijo que intentaba crear hogar. Yo le dije que me iba a la cama y que ya no quería estar casada.”

Her habla de la soledad, del anhelo de felicidad, de la búsqueda personal, de las pérdidas y del deseo. Spike Jonze nos muestra de manera genial que el amor es aquello que quiere completar nuestro yo individual para generar una ilusión de completud. Es una reflexión sobre la conciencia individual y la colectiva, la posibilidad de aprender, de alcanzar algún tipo de sabiduría que nos acerque a la felicidad. También en esto el sistema operativo Samantha nos supera. Samantha va aprendiendo, madurando con autonomía reflexiva. Él solo la ve a ella, ella ve el mundo a través de él (escenas de la playa, del metro...) y llega a un grado de autoconciencia muy superior al de la mente humana.¿Puede una inteligencia artificial ser auto-consciente?,¿llegará el día en que un robot adquiera mayor auto-conocimiento que nosotros mismos?

Samantha aprende, busca, incluso conoce a Allen Watts, que actúa de Hermes como psico-pompa, llevando el alma (Samantha es un sistema desencarnado) al grado más alto de conocimiento. Pero Samantha le deja a Theodore un último regalo: el contacto con Watts para cuando llegue su momento, la comprensión del conflicto personal con su ex mujer y éste poema y diálogo de despedida que un día Theodore entenderá:

           SAMANTHA: “-Es como si estuviera leyendo un libro y es un libro que amo profundamente. Pero ahora lo leo muy lentamente. Así que las palabras están muy separadas y el espacio entre las palabras es casi infinito. Aún puedo sentirte a ti y a las palabras de nuestra historia. Pero es en este espacio infinito entre las palabras me estoy encontrando a mí misma. Es un lugar que no existe en el plano físico. Es donde está todo lo demás que ni siquiera sabía que existía...(...)

S.-Sin importar cuanto lo quiera, ya no puedo vivir en tu libro.
T-¿Adónde iras?
S-Sería difícil de explicar. Pero si alguna vez llegas ahí ven a buscarme. Nada nos separaría jamás.
T-Jamás he amado a alguien de la forma que te amo a ti.
S-Yo tampoco. Ahora ya lo sabemos.”
Her es una película increíble, una obra maestra. Joaquín Phoenix (Theodore) me gusta siempre pero aquí más que nunca, la música es maravillosa, escucha “Moon Song” y siente como te acaricia, la fotografía es cálida, dulce, cada imagen es envolvente. La voz de Scarlett Johansson como Samantha, es sugerente, chispeante y llena la película también. Spike Jonze nos regala esta película-poema que no olvidaremos fácilmente.

domingo, 16 de marzo de 2014

UN CORAZÓN EN INVIERNO

Y al hilo de la película anteriormente comentada me viene a la cabeza ésta otra....


En el amor muchas veces no hacen falta palabras, es más, sobran. Los gestos, las miradas, pueden ser infinitamente más poderosos que el más elaborado discurso. La pasión es inexplicable porque, a menudo, ni siquiera nosotros mismos estamos seguros de por qué sentimos una atracción irrefrenable hacia la otra persona, por qué no podemos dejar de pensar en alguien que, de repente, entra en nuestras vidas, trastocando todo nuestro universo, poniendo nuestro mundo patas arriba. 

¡Ay, el amor!.... Incluso cuando, después de una serie de fracasos amorosos, intentamos aislarnos de su influencia, en el momento más inoportuno, vuelve a tirar nuestros planes por tierra, sin que podamos hacer nada para evitarlo.
Sin embargo, ¿qué ocurriría si nuestro corazón, si nuestra alma se congelara? Puede que, ante múltiples desavenencias, ante miles de sinsabores, blindáramos nuestros sentimientos hasta el punto de convertirnos en autómatas, evitando cualquier sufrimiento amoroso, huyendo del dolor, pero también de cuanta alegría, magia y belleza puede traernos la pasión, con su salvaje anarquía, con su refrescante espontaneidad.

De todo ello, y de muchas cosas más, trata "Un corazón en invierno" ("Un coeur en hiver", 1992), una hermosa película dirigida por Claude Sautet, un director que me gusta, porque es sencillo y sabe tocar el alma del espectador. Gracias a eso consigue capturar como pocos, la esencia de la vida real. Sus películas transmiten sinceridad y todo lo que en ellas se cuenta es de una asombrosa naturalidad.

"Un corazón en invierno"
es un cuento simple, un relato de amores frustrados, de frases a medio acabar, de romances que nunca verán la luz, triste como cualquiera de esas historias amorosas que no fructificaron, pero que perduran en nuestros recuerdos y, en cualquier momento, por la más pequeña tontería, por una imagen que surge en un instante de lucidez, o por el reencuentro con ese lugar del pasado que vuelve a nuestro presente.

A través de los dos personajes protagonistas, a los que dan vida un sobrio Daniel Auteil y la  magnética Emmanuelle Beart, Sautet compone una sinfonía de sentimientos, de gran delicadeza y sensibilidad, un mapa del corazón humano, mostrando cómo el amor lo vuelve todo del revés y, al mismo tiempo, valorando la importancia de aprovechar el momento, de no escudarnos en nuestra comodidad habitual, y no traicionar a nuestro corazón cosa que, por desgracia, ocurre más de lo que nos gusta reconocer.

Los dos protagonistas del drama son, en principio, antagónicos: Stéphane, un hombre de corazón frío, enigmático, posiblemente de pasado torturado, aunque él lo niegue, representa una de las caras más amargas de la comodidad. Todo en su vida está en su sitio, vive en una soledad absoluta, nadie ha conseguido penetrar en su alma, cerrada con una cerradura imposible de abrir.
Camille, una joven artista, romántica e impulsiva, por el contrario, representa el lado más pasional  del ser humano, no le importa que su mundo sea sacudido por un huracán, romper con todo, si con ello está con el hombre que ama, un tipo extraño y gélido, a los ojos de los demás, que la atrae hasta el delirio.

Ellos son los hilos conductores de una historia que conmueve y engancha desde el primer momento, una crónica de amor fracasado, de frases a medio pronunciar, de cobardía y de conformismo vital. En esta película contemplamos la vida en estado puro, el romance imperfecto, repleto de dificultades, de dudas, de dilemas...

 No es un relato de grandes sorpresas ésta, a diferencia con la anterior. Es una película de emociones, de sentimientos, en la que la cámara penetra hasta lo más profundo de los pensamientos de los individuos, sin demasiadas palabras, sin circunloquios innecesarios pues, como ya dije, los silencios, las miradas, pueden ser más poderosos, que el más complejo de los diálogos.

Una película más que recomendable para todo el mundo, haya estado enamorado o no, para todo el que esté interesado en emocionarse y enriquecer el alma con algo tan real y tan puro, que no se suele ver todos los días.

Seguro que no os dejará indiferentes.

LA MEJOR OFERTA





Todavía estoy recuperándome del impacto que ha tenido sobre mí esta película, estoy digiriendo aun tanta belleza; es verdad que soy lenta, a veces, y ha llegado a mí ahora, un poco tarde, pero como yo digo más vale....

Es de lo mejor que he visto en mucho tiempo, me ha traído tantas reminiscencias de clásicos, desde el mejor cine de Hitchcock al cine más precioso de Fritz Lang y al más amargo de Visconti, pero sin caer en comparaciones que puedan hacer de menos esta cinta, G. Tornatore lo ha bordado.Es su mejor obra para mí. Ya me enamoró en su día con Cinema Paradiso pero ahora me ha rematado.
Es una película delicada, poética que nos presenta a un hombre descreído, con el que no nos identificamos, pero que, poco a poco, desnuda su alma y se entrega, como el mejor equilibrista, sin red debajo, al amor. Él, que colecciona belleza, sensible a ella, pero que no pude expresar ningún sentimiento, nuestro hombre, al que yo voy amando también, se autoprotege, se guarda porque es frágil y teme contactar con este mundo demasiado explícito, estridente, vulgar...y mira por dónde... contacta con alguien que tiene lo mismo..miedo a ser herida por el exterior, por lo evidente, por los otros, y de ese encuentro nace algo nuevo, se redime y afronta esa debilidad. Quiere ver una luz, como la polilla que no se puede resistir aunque sepa que puede morir en ello...
 Al final, me queda que en toda falsificación siempre hay algo auténtico, como dice Virgil, el protagonista, todo copista pone algo suyo en su trabajo y eso es propio, auténtico, así  el  que ama no imita, no copia, no engaña, lo padece para bien o para mal.

Geoffrey Rush está espectacular, como siempre, transmite sin palabras toda la evolución del personaje, sus soledades, sus anhelos, su deseo y su dolor. El resto de actores también  están muy bien, mi querido Sutherland  llena la pantalla y la actriz protagonista, Sylvia Hoeks, es ideal, es etérea, no carnal pero subyugante.

La fotografía es increíblemente bella, la última escena en Praga me recordó al final de Muerte en Venecia. La música de Morricone fluye sin afán de protagonismo pero creando una atmósfera de ensueño y de intriga que ayuda a mantener nuestro interés. La puesta en escena y los decorados fantásticos.

Una película excelente.
Gracias de nuevo, Tornatore, ¿para cuándo la próxima?


sábado, 15 de marzo de 2014

EXPIACIÓN



Ha caído en mis manos esta película, que firma el director Joe Wright, dando mucha vida y mucha esencia a la novela original, a través del pasaje desde el pasado hasta el presente, y el contraste entre imaginación y realidad. En la entrevista final refiere la dificultad de adaptar la novela por esos desdobles entre lo imaginado y lo real, entre lo soñado y lo vivido.

La música de fondo, poderosamente expresiva, logra transmitir un sentimiento de fuerza, de pasión y de peligro que rima perfectamente con cada etapa del relato.

La fotografía también es clave en la realización de esta obra: el contraste entre las varias escenas  ofrece una visión adecuada con cada ambiente: si al principio los protagonistas aun llevaban una vida colorida y segura, la inseguridad y la oscuridad convirtieron luego sus vidas en una foto borrosa.Expiación, es una tragedia, ya que los protagonistas se encuentran desde el principio condenados a una existencia ya anunciada, a un destino claro, pero es también es un relato profundo, lleno de emotividad, una búsqueda del perdón, una purificación del alma de una adolescente ingenua, y que vivió cargada con remordimientos, que llevará su vida asumiendo las consecuencias de sus propios actos.

Los actores están contenidos, no se exceden en ningún momento y la aparición de Vanessa Redgrave, aunque breve, es tan intensa que pone un perfecto broche final.

Os la recomiendo.

viernes, 14 de marzo de 2014

RIFIFÍ


Uno de mis géneros favoritos son las películas de cine negro, y acabo de descubrir esta joya, película francesa del director Dassin, año 1955, la película que introduce por primera vez en el cine el atraco mediante el sistema del butrón, de hecho fué retirada de los cines en México, a los 11 meses de estrenarse, porque era demasiado "didáctica".

Es una película dura y políticamente incorrecta pero el director nos deja una obra maestra de noir film, con  ambientes y  tipos de lo más canalla del hampa.
Es famosa la escena del robo, dura 32 minutos y está rodada sin música, lo cual te mantiene en tensión como si estuvieras en el lugar de los hechos.
La fotografía que os dejo corresponde al final de la película, viaje interminable..donde la cámara nos va mostrando todo París en un recorrido trepidante,que deseamos acabe cuanto antes....

Rififí, es un término de argot francés, que se hace famoso a raiíz de esta película y que se traduce como "rifirrafe", "pelea",..

MILDRED PIERCE


He encontrado esta película, su título original es "Mildred Pierce". La verdad es que estaba interesada en la serie que está batiendo record en EEUU : "Mildred Pierce", ganadora de Premio Emmy, y protagonizada por la formidable Kate Winslet, investigando sobre la serie,que todavía no ha llegado a nuestro país, dí con la película en la que está inspirada, un melodrama sólido, con Joan Crawford en su época dorada, muy recomendable.

DESEOS HUMANOS

Mismo director, misma pareja protagonista y solo un año después que “Los Sobornados”. Sin alcanzar el increíble nivel de aquella es también una película estupenda, con unas imágenes del deambular de los trenes de aquellos años y una historia que desde el primer fotograma ya te atrapa.


Pocos títulos definirán tan bien lo que a continuación nos cuentan como en este caso, le viene como anillo al dedo, como son esos deseos, ambición, poder, pasión incontrolada, amor, celos, manipulación. Y cuan humanos son, tanto que equivocadamente nos tienden a parecer exclusivos de las personas.

La película siempre mantiene el tono, ya desde el principio crea un ambiente que continua a lo largo de toda la proyección, un ambiente entre tenso y claustrofóbico que no te da respiro, apoyada en un excelente guión con algunas frases-dardo: “Es más importante estar guapa que ser inteligente"," Todos los hombres que conozco tienen ojos, pero ninguno cerebro” y otra que tampoco tiene desperdicio “Que haríais los hombres si no hubiera mujeres para coseros los botones.. Si no hubiera mujeres iríamos desnudos”.

Fritz Lang se mueve como pez en el agua en ese género, acierta de nuevo con los intérpretes, no solo Ford y Graham, Crawford y los secundarios completan también un excelente trabajo. Sobre todos yo destacaría una vez más a Gloria Graham, aparte de bella, que lo es y mucho, posee algo especial, un atractivo que hace a sus personajes seductores y consigue que sea creíble todo lo que los hombres hacer por ella, si decide ser mala puede conseguir de ellos todo lo que quiera, pero si le parten el corazón también se vuelve vulnerable.


Os la recomiendo. No deja indiferente.