Es un cuentecito fantástico, donde un chico, Calvin, con problemas
para encontrar a su chica ideal y para encontrar tema para su siguiente novela,
se topa, de repente, con su chica ¿ideal? que a la vez va a ser su musa (Ruby),
ella llega sin avisar y descoloca toda su realidad..
Calvin: "ella vino a mí inesperadamente, yo
solo tuve la suerte de estar ahí para atraparla"
¿Por qué no podemos dejar de desear y nos frustramos cuando lo
deseado no corresponde con lo que se desvela delante de nosotros? Podría ser
porque una cosa es lo que idealizamos y deseamos y otra cosa es la realidad que
vivimos...pero ¿y si una cosa no es tan distinta de la otra y es la segunda la
que verdaderamente nos hipnotiza?¿y si solo tenemos que limpiarnos las gafas?
Calvin cree poder controlar y hacer a su voluntad a la chica que
conoce porque cree que la crea, pero...¡¡¡Oh sorpresa-error!!!el amor no se
puede controlar y cuánto más queremos intervenir en ello, peor. No hay nada de
racional en el enamoramiento, los tópicos, lo cotidiano, lo práctico, lo
ponemos nosotros, el amor es magia y en la magia no hay lógica ni razonamiento,
o te bañas de ella o sale corriendo....
Soñamos con ser creadores-intervencionistas, también en esto, en
las relaciones personales y terminamos sabiendo que queremos al otro como es o
el otro se va....
Calvin: “lo siento por cada palabra que escribí para cambiarte. No
pude verte cuando estabas ahí y ahora que te has ido, te veo en todas partes”
Ruby: Soy un desastre
Calvin: Me encanta tu desastre
Los actores protagonistas Paul Dano (Calvin) y Zoe Kazan (Ruby)
son maravillosos, él me encandiló con su mirada soñadora y su aire despistado y
ella, tan chispeante y con esos ojitos azules que atraviesan a quien miran.
El guión de Zoe Kazan, la protagonista, está escrito con frescura
y encanto y los directores, Jonathan Dayton y Valerie Faris, que ya nos
sorprendieron con Pequeña miss Sunshine, vuelven a hacerlo con esta
delicia de comedia romántica, dejándonos uno de los finales más bonitos que
últimamente haya visto, prometo no contártelo....
