domingo, 16 de marzo de 2014

LA MEJOR OFERTA





Todavía estoy recuperándome del impacto que ha tenido sobre mí esta película, estoy digiriendo aun tanta belleza; es verdad que soy lenta, a veces, y ha llegado a mí ahora, un poco tarde, pero como yo digo más vale....

Es de lo mejor que he visto en mucho tiempo, me ha traído tantas reminiscencias de clásicos, desde el mejor cine de Hitchcock al cine más precioso de Fritz Lang y al más amargo de Visconti, pero sin caer en comparaciones que puedan hacer de menos esta cinta, G. Tornatore lo ha bordado.Es su mejor obra para mí. Ya me enamoró en su día con Cinema Paradiso pero ahora me ha rematado.
Es una película delicada, poética que nos presenta a un hombre descreído, con el que no nos identificamos, pero que, poco a poco, desnuda su alma y se entrega, como el mejor equilibrista, sin red debajo, al amor. Él, que colecciona belleza, sensible a ella, pero que no pude expresar ningún sentimiento, nuestro hombre, al que yo voy amando también, se autoprotege, se guarda porque es frágil y teme contactar con este mundo demasiado explícito, estridente, vulgar...y mira por dónde... contacta con alguien que tiene lo mismo..miedo a ser herida por el exterior, por lo evidente, por los otros, y de ese encuentro nace algo nuevo, se redime y afronta esa debilidad. Quiere ver una luz, como la polilla que no se puede resistir aunque sepa que puede morir en ello...
 Al final, me queda que en toda falsificación siempre hay algo auténtico, como dice Virgil, el protagonista, todo copista pone algo suyo en su trabajo y eso es propio, auténtico, así  el  que ama no imita, no copia, no engaña, lo padece para bien o para mal.

Geoffrey Rush está espectacular, como siempre, transmite sin palabras toda la evolución del personaje, sus soledades, sus anhelos, su deseo y su dolor. El resto de actores también  están muy bien, mi querido Sutherland  llena la pantalla y la actriz protagonista, Sylvia Hoeks, es ideal, es etérea, no carnal pero subyugante.

La fotografía es increíblemente bella, la última escena en Praga me recordó al final de Muerte en Venecia. La música de Morricone fluye sin afán de protagonismo pero creando una atmósfera de ensueño y de intriga que ayuda a mantener nuestro interés. La puesta en escena y los decorados fantásticos.

Una película excelente.
Gracias de nuevo, Tornatore, ¿para cuándo la próxima?


2 comentarios:

  1. Sin duda alguna es una gran pelicula de Tornatore, aunque no se si yo me atreveria a tanto como ponerla por encima de Cinema Paradiso
    Lo cierto es que la pelicula te hipnotiza y te atrea cada vez ma segun se va desarrollando la historia que nos cuenta
    Llegamos a identificarnos con la tragedia de este hombre que se atrevio por una vez en su vida a romper el cascaron de su alma y sin embargo a cambio recibio una dolorosa bofetada de realidad
    Aun asi me quedo con lo que dices al final...aunque su amor fuera una impostura,en toda copia hay tambien algo de realidad
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Claro que es así Juanjo, en todo lo que hacemos ponemos algo nuestro, que aportamos, sin saberlo casi, sin intención, pero que es propio,
    un saludo

    ResponderEliminar